La Gran Evasión

La Gran Evasión

miércoles, 26 de abril de 2017

134 - La Calle sin Sol - Rafael Gil 1948

La película de Rafael Gil pertenece al periodo de mayor producción, y mejor, de este amante del cine americano que, en una industria seguidora del modelo Paramount, la Cifesa de entonces, cosechó éxitos de crítica y público en los distintos géneros que trabajo, desde el cine religioso a la comedia o el cine costumbrista y negro, en donde muy probablemente se encuadre esta película. La desconfianza hacia el extranjero, las mujeres dóciles y abnegadas y la presencia salvífica de lo religioso no aparecen, al menos de forma protagonista, en esta cinta de 1948, donde salvando rarezas como la magistral "Vida en sombras ", del catalán Llobet Gracia, era moneda común y aún obligada. El amor y la confianza en las personas, al margen de la procedencia, en una estructura de thriller que nos recuerda por momentos a Sospecha, del maestro Hitchcock, van construyendo la trama con la presencia de unos muy definidos caracteres, brillantemente interpretados por lo más florido de nuestros actores de entonces. Un Manolo Morán, estupendo y comprensivo, nos trae al recuerdo el Capitán Louis de Casablanca, la misma Amparo Rivelles lo hace a una heroína americana, cuyas intenciones no son aviesas , y un Antonio Vilar que bien podría imaginarse cómo perdedor de buen corazón, típico de la obra Fordiana. En definitiva, muy cinéfila formación y muy personal entonación en un hombre que si bien trabajaba con magníficos guionistas, aquí Mihura nada menos, siempre engullía las historias para hacerlas suyas. La presencia de la envidia, maledicencia y hambruna, ese Carpanta a quien recuerda un hambriento personaje de la película, la convierten, sin una intención manifiesta de denuncia, en un fresco de la posguerra donde el sol solamente aparecía durante una hora para los desheredados.

José Miguel Moreno


Esta noche paseamos por el Raval y las Ramblas con un perrito detrás…

 José Miguel Moreno presenta, con Raúl Gallego, Gervi Navío, Miguel Olid, Juan Salvador Limón y Rafael Utrera.



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miércoles, 19 de abril de 2017

133 - Río Rojo - Howard Hawks 1948

Lágrimas con sabor a polvo, pesadumbres, escaramuzas, humo comanche en lontananza, y una mujer perdida para siempre. El ganadero Tom Dunson es un tipo hecho a golpes de látigo, con sólo dos reses consiguió juntar miles de cabezas de ganado. Para ello tuvo que dejar atrás a su prometida, decisión que toda su vida quemará sus entrañas. Tras un salto temporal de catorce años, la guerra de Secesión hará de su ahijado Matt un hombre, traerá la depresión económica, y tocará tomar una segunda decisión. Trasladar todo el ganado de los pastos de Texas a un lugar más próspero. Las facciones de Dunson encierran desengaño, se defiende con métodos cada vez más arbitrarios, más tiranos. Tras amenazar con ahorcar a dos desertores, su hijo adoptivo Matt le plantará cara. La obstinación de un hombre da lugar a la desconfianza y al motín. Howard Hawks abandona los salones y las dependencias del sheriff donde tan bien supo moverse para abrir los horizontes y seguir la caravana de Dunson, Groot y Matt, a través de las tierras inmensas de América. Dunson es un hombre decidido, no dará su brazo a torcer en ningún momento. Su prometida no le acompañará, aunque se lo ruegue mil veces. He ahí su suplicio. No podrás salir adelante sin una mujer, Tom. La hilera de carromatos se pierde en la distancia, la epopeya de los pioneros y el drama romántico se dan la mano en Río Rojo. Un escogido reparto en el que brilla John Wayne en uno de sus más memorables trabajos, Montgomery Clift, joven y especial como siempre, Walter Brennan, el simpático narrador que da unión a lo que vemos, una hermosa Joanne Dru confiere fortaleza al personaje femenino, o un John Ireland que se dice estuvo la mayor parte del tiempo borracho en el rodaje, Hawks terminó cortando mucho metraje en que aparecía el audaz Cherry Valance.
Dos mujeres abren y cierran el ciclo. La pulsera pertenecía a su madre, de la mujer amada pasa a la muñeca de un piel roja, después a Matt, y de nuevo a otra mujer hermosa y fuerte. Al vadear el río muchas reses perecen, otras consiguen pasar al otro lado. Los gritos para espolear al ganado, el trabajo físico, los primeros planos de unos hombres sedientos enlazan con una panorámica imponente. Otro encuadre fuera de lo común, un plano de la ladera por la mañana, el entierro de un buen hombre muerto en la estampida, Dunson lee la Biblia y nubes negras arrojan un oscuro augurio sobre el paisaje.

Raúl Gallego

Esta noche nos jugamos la dentadura postiza con un indio en una partida de póker...

José Miguel Moreno presenta y debaten  Raúl Gallego, Gervi Navío, y nuestro crítico desde Madrid, César Bardés.


 Artículo sobre Río Rojo, por César Bardés


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miércoles, 12 de abril de 2017

132 - Redención -Tiranosaurio - Considine 2011

Paddy Considine golpeaba el corazón inglés con ésta ópera prima, su primer largometraje es de 2011, la historia que cuenta es tan vieja como los hombres. Un trago áspero y duro, de licor y soledad. Rabia, vidas a la deriva, autodestrucción, violencia gratuita y arbitraria. Un tipo oscuro al que ves matar a patadas a su perro en la primera escena, duro comienzo, y del que te llegas a compadecer al final de la historia, al igual que Hannah, ella también tiene oscuridad en su interior...un retrato lleno de humanismo, un claro oscuro que nos define, no es cine social, más bien es cine existencial, espiritual diría yo. Dos almas perdidas, un hombre ahogado en alcohol, Joseph, una mujer ahogada en miedo y soledad, Hannah. Perdidos, reales, víctimas y verdugos, violencia sórdida, común, cotidiana violencia, adherida a nuestros genes, un golpe abrumador de realidad, una patada en las costillas, un retrato de nuestra derrota como sociedad, como hombres. La culpa corroe el alma de Joseph, de ahí nace su rabia. En el fondo de Hannah también hay sentimientos de culpa y rencor. Aunque la película está a rebosar de alcohol, su puesta en escena es sobria, directa, cruda, tan descarnada y desnuda como la calle de cualquier ciudad, triste y vulgar, la historia de la supervivencia cotidiana, de la angustia helada de los días, ésa que ya conocemos, pero verla retratada con estos grandísimos actores es un documento asolador. El trabajo de Peter Mullan (Joseph) es sencillamente sobrecogedor, construye un personaje oscuro, tan real que duele, y Olivia Colman (Hannah) está espectacular, contenida, atormentada.....son dos seres de carne y hueso, su miedo a amar, a ser amados, es prodigioso, un trabajo deslumbrante que te mantiene en vilo toda la película, cuesta tanto abrirse después de haber sufrido, ¿verdad? Volver a conectar con otro ser humano, con la vida. A Joseph y Hannah se les presenta una oportunidad, a nosotros también, a través de ellos, su redención es la nuestra.
Paddy Considine desarrolla y expande los personajes de su corto Dog Altogether (2007), cortometraje que fue premiado en los festivales de Venecia con el León de Plata, y Edimburgo; también en las convocatorias de los BAFTA y los premios del cine independiente británico al mejor corto. El personaje de Joseph está basado en su padre, se nota que Paddy conoce muy bien de lo que habla, la fotografía de Erik Wilson retrata con precisión esos cielos grises, la luz fría de las mañanas de resaca, el interior ocre de las casas, esas noches amarillas, llenas de sopor etílico y hastío...quizás después del lúgubre relato, haya un resquicio de esperanza, ese final deja entrar algo de luz...quién sabe.

Buscamos la redención esta noche de luna llena, desde el cobertizo destruido de la torre de Radiopolis, en el regazo, la cabeza cercenada de un perro que tuvo como dueño a un ser despreciable.......Isabel Moncada, Raúl Gallego y Gervi Navío. Quién sabe si nos perdonarán, siempre hay víctimas inocentes, como ese niño, la inocencia desfigurada por un perro con un mal amo, vaya metáfora de nuestra sociedad. Suerte para Joseph y Hannah, brindamos por ellos.

Gervasio Navío Flores



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jueves, 6 de abril de 2017

131 - Blue Jasmine - Woody Allen 2013

Una mujer derrotada transita por los caminos del patetismo y la majadería, de vivir del cuento, de la fortuna de un estafador de guante blanco, a pedir alojo en el apartamento de su hermana y sus dos sobrinos. La náusea de verse sin blanca sólo se mitiga con un martini stoli, con una filigrana de limón que se mueve arriba y abajo sin poder aferrarse a nada. Atrás quedan las fiestas de sociedad, los apartamentos con terraza y playa privada, ahora queda el dolor, la pérdida. Jasmine no le encuentra sentido al mundo real. Que complicado echar lastre y avanzar. Los problemas vienen solos, el arrebato de una mujer superficial con un móvil a mano, de una mujer que no puede aplacar la ira de un instante. Blue Jasmine se desmorona varias veces al día desde que suena el despertador, Jeanette cambia hasta su nombre tras comprobar que ya no puede ser la persona que fue, y lucha por volver a alcanzar el estatus, por volver a moverse en la élite. Los acordes del Blue Moon suenan recurrentes en el interior de esta mujer al borde del colapso, ya no tan románticos como el día que conoció al hombre de negocios que parecía perfecto. El abismo se asoma a través de cualquier ventana, Jasmine habla sola sentada en un banco, lleva puesta la misma chaqueta de alta costura, ya no tiene otra, sigue viajando en primera clase aunque esté tiesa, incluso se permite seguir aconsejando a su hermana tras su caída en desgracia. Una interpretación extraordinaria de Cate Blanchett en el homenaje del genio Woody Allen a Tennessee Williams, a Elia Kazan y a ese tranvía llamado deseo, el deseo, ya inalcanzable, de volver a regodearse en la opulencia.

Raúl Gallego

Esta noche parloteamos neuróticos y recurrimos a los ansiolíticos diluidos en cerveza....

José Miguel Moreno presenta y debaten  Raúl Gallego, Gervi Navío, y nuestro crítico desde Madrid, César Bardés.



 Artículo sobre Blue Jasmine, por César Bardés


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sábado, 1 de abril de 2017

130 - Hamlet - Branagh 1996

Claudio, el usurpador del cetro, de la esposa, de la propia vida, se presenta ante la Corte sonriente con la consorte vestida de novia. El reino está amenazado desde dentro y desde fuera, sin embargo ese día en el palacio de Elsinore los pétalos blancos caen entre aplausos y loas al nuevo rey. La cámara gira a la derecha, en un rincón el príncipe Hamlet desentona en la ceremonia con su luto de gótico negro riguroso. La consciencia hace de nosotros unos cobardes, afirma el príncipe, el miedo a lo desconocido puede bloquear el odio más cerval, la certeza más fulminante. El significado de la muerte, el enigma mayor porque nadie llegó de allí para contarnos que depara. Reflejado en el espejo, Hamlet recita su soliloquio, es preferible aguantar los embates del destino para seguir sufriendo, o acabar de una vez con todo, con un padrastro incestuoso y vil, utilizar el punzón vengador, dar rienda suelta a la ponzoña corrompida. Morir, dormir, tal vez soñar, hacerse el loco cuando el dolor traspasa el odio, la calumnia al remordimiento, el amor a la depresión, la inacción a la venganza final. Hamlet se sabe cuerdo, su pulso late acompasado, limpio como su amor por Ofelia, profundo como su amor por su madre, por su padre traicionado, por su amigo, el leal Horacio que debe contar la verdad al mundo, por Yorick, el bufón que alegró su infancia, que tanto le besaba, y ahora es un cráneo reseco.
Kenneth Branagh rodó en los noventa la versión integra del texto Shakesperiano, para muchos la mejor versión cinematográfica de esta obra universal. El artista inglés aporta ideas brillantes, traslada el medievo a un contenido siglo XIX, incorpora un magnífico juego de espejos, de ocultaciones, el amplio salón de palacio con un suelo de baldosas negras y blancas, un limpio tablero de ajedrez donde yacen al fin la reina y los alfiles, da protagonismo a una Ofelia amoratada por el llanto, dominada por el poder patriarcal, y la cámara de Alex Thomson nos muestra bellos exteriores nevados de la gélida Dinamarca, fluye teatral y ligera entre las alcobas y salones donde los personajes declaman las eternas palabras del bardo de los ingenios. 

Raúl Gallego

Esta noche esperamos que nada huela a podrido en la torre de Radiopolis...

Gervi Navío presenta, debaten Isabel Moncada, Raúl Gallego, y nuestro crítico desde Madrid, César Bardés.


 Artículo sobre Hamlet, por César Bardés


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Esta lóbrega noche abordamos un dilema moral entre venganza y perdón, Hamlet de Kenneth Branagh. En 1996, Branagh acometió la adaptación completa de Hamlet, la obra suprema de Shakespeare, una tragedia de venganza, una de las cumbres de la literatura universal, que retrata al arquetipo humano, a la duda, al hombre y su dilema, la lucha interna entre pensar y ejecutar…una duda existencial y una obra de arte envuelve éste regalo envenenado,  una obra maestra absoluta.
El  amor de Branagh por Shakespeare es enorme, con genio y osadía adapta la tragedia por excelencia, aúna a la vez talento y respeto, mezcla clasicismo con innovación, fue arriesgado trasladar la acción a la Dinamarca de finales del siglo XIX, envuelve las palabras del Bardo con una puesta en escena y un despliegue visual espectacular, con una fotografía grandiosa de Alex Thompson, en formato de 70 mm, para deleitarnos con planos asombrosos de Elsinor, la banda sonora es sobrecogedora, obra y gracia de un Patrick Doyle excelso.  El director conjuga todos los elementos con un elenco de actores extraordinario, Derek Jacobi (Claudio), Julie Christie (Gertrud), Richard Briers (Polonio), Kate Winslet (Ofelia), Jack Lemmon (Marcelo), Charlton Heston (Actor), Billy Cristal (Enterrador), Robin Williams (Osric), Judi Dench (Hecuba), John Gielgud (Priamo)...una barbaridad, actores shakespearianos, estrellas, jóvenes promesas, leyendas vivas de Hollywood, en fin, aunar teatro, Shakespeare y Cine es un desafío extremo, al alcance de muy pocos y Kenneth Branagh no solo sale airoso, sino que dejó para la historia la versión definitiva de Hamlet, 242 minutos de puro cine.

Una cita del viejo Polonio para deciros adiós:
"Sé sincero contigo mismo, y de ello se seguirá, como la noche al día, que no puedas ser falso con nadie."

Bonus Track: I loved you once, de la banda sonora de P. Doyle

Gervasio Navío Flores.

Título original:Hamlet
Duración: 136 min. Reino Unido
Director: Kenneth Branagh
Guion: Kenneth Branagh (Basado en la obra de William Shakespeare)
Música: Patrick Doyle
Fotografía: Alex Thomson
Reparto: Kenneth Branagh, Derek Jacobi, Kate Winslet, Julie Christie, Richard Briers, Michael Maloney, Nicholas Farrell, Brian Blessed, Charlton Heston, Billy Crystal, Jack Lemmon, Timothy Spall, Reece Dinsdale, Rufus Sewell, Gérard Depardieu, Robin Williams, Richard Attenborough, Rosemary Harris, Simon Russell Beale, John Gielgud, Judi Dench, John Mills.
Productora: Castle Rock Entertaiment.