La Gran Evasión

La Gran Evasión

sábado, 30 de abril de 2016

82 - Gertrud - Dreyer 1964

 El admirado realizador danés Cart Theodor Dreyer despidió su carrera profesional con Gertrud, mal acogida en su momento, la crítica especializada no terminó de apreciar este drama de salón basado en la obra de teatro del sueco Hjalmar Söderberg. Dreyer ya conocía el desprecio a obras de arte muy anteriores como Vampyr o La pasión de Juana de Arco.
La mortificación de los personajes que se mueven en los salones de la alta sociedad de Estocolmo, su rigidez y ademanes teatrales proporcionan una gravedad singular a las imágenes. Las enigmáticas palabras de Gertrud en cierto momento a su marido: “Me hace reír que toda esa pobre gente se permita amar sin ser nadie, ni artistas, ni celebridades”. Altivas palabras en boca de una mujer con un infierno bajo su frialdad aparente, una mujer que declara que el amor lo es todo, Amor Omnia. Los encuentros en el parque con un amante bohemio y libertino.La luz radiante rodea a los dos amantes y simboliza el intenso sentimiento de la protagonista. El amor pasado del poeta abandonado Lidman, el fracaso que se vuelve a repetir porque la realización del amor pleno es imposible en su código inflexible. Todos le han fallado, el poeta, el político, el compositor. El amor sigue por encima de cualquier otro concepto, su reflejo ante el espejo, las conversaciones sin mirar al interlocutor, quizá por no chocarse con un atisbo de verdad en la mirada del otro, su pesadilla recurrente, plasmada en un tapiz con una mujer desnuda asediada por una jauría de perros. La sombra de Gertrud se desviste contra la pared desnuda y blanca, la cámara se escora sutil, como si asistiera a un momento demasiado íntimo.
El ascético final con Gertrud leyendo, sola y con canas ante los últimos leños de la hoguera que se apaga. Una ventana que trasluce recuerdos ya borrosos de una mujer que quiso creer en el ideal del amor verdadero, de la unión profunda.

Raúl Gallego.

 Esta noche intentamos entender porque Gertrud nos dice que es imposible el amor,

 José Miguel Moreno a la dirección, Gervi Navío, Raquel Jaén, Raúl Gallego, y nuestro crítico de cine César Bardés.


 Artículo sobre Gertrud, por César Bardés






jueves, 21 de abril de 2016

81 - Heat - Michael Mann 1995

Heat, una de las películas más alabadas del director Michael Mann, incluyó en los papeles protagonistas a dos actores consagrados como De Niro y Pacino. Acaso Mann nos dejó su mejor obra en esta historia de atracos, policías, corrupción, asesinos, soledades, y el calor de una ciudad cansada e inhóspita. Una urbe tan quemada como Neil McCauley y Vincent Hanna , las dos caras de una misma moneda, la moneda del fuego que atenaza el pecho y te deja sin respiración. El policía visceral y obsesionado con su trabajo corre desbocado tras el lobo solitario que no puede atarse a nada, ni siquiera a esa chica que ha traído algo de aire fresco a su vida, que ha dibujado una sonrisa que deviene en un rictus amargo, una última mirada a ese rostro bueno que le queda. Ni siquiera ella puede alargar los 30 segundos, porque la pasma corre hacia ti y te conocen, Neil. Un ex-convicto profesional no puede atarse a nada. Al anochecer el policía Vincent vuelve a casa a las tantas, demasiada corrupción y maldad en una ciudad vacía de bondades. En casa esperan una mujer desesperada y sus reproches, y una hija adoptiva con problemas anímicos. Cuando la vida privada está hecha añicos, la única evasión vuela en helicóptero sobre Los Ángeles. Neil vuelve a su apartamento, deja la pistola en la mesa, el sonido metálico del calibre 45 contra el cristal. Su silueta recortada contra el azul marino del Pacífico agradece el silencio después del fuego incesante y la alerta continua. Un reparto coral con asesinos despreciables como Waingro (Kevin Gage), Chris (Val Kilmer), el adicto al dinero fácil, su mujer Charlene (Ashley Judd) que a pesar de todo no puede entregarlo a la policía, Cerrito (Tom Sizemore), otro hombre de confianza de Neil, Nate (Jon Voight), el misterioso cómplice y asesor, Natalie Portman en uno de sus primeros papeles como la adolescente trastornada. Personajes que procuran mantener la calma, no sucumbir en esas espectaculares escenas de atracos, tomas panorámicas impresionantes, atmósferas viciadas, autopistas desiertas, y la conexión final entre dos tipos que saben demasiado bien que la vida les hará encontrarse de nuevo.

Raúl Gallego.

 Esta noche agarramos el fusil de asalto y nos apostamos tras el furgón blindado...

A la dirección Raúl Gallego, con Gervi Navío, Federico Rodríguez, y controlando el fuego enemigo nuestro crítico de cine César Bardés.


Artículo sobre Heat, por César Bardés 


 
 

miércoles, 13 de abril de 2016

80 - Especial Georges Méliès



El pionero y mago George Méliès hizo más de 500 películas, muchas de ellas se han perdido en el tiempo, pero aún podemos contemplar muchos de sus sueños de luces y alquimia.
El señor Méliès ilusionó al mundo con su universo fabuloso y sus viajes a lo imposible, con sus criaturas oníricas, diablillos, astros lejanos, mujeres volantes, sus naves espaciales.
Después llegó la Gran Guerra y se llevó todo por delante, la luz del alquimista se apagó, la barraca de feria cerró sus puertas, y el creador de la ficción cinematográfica se retiró silencioso. Tenemos la gran suerte de recuperar sus ilusiones visuales en blanco y negro y coloreadas, sus sobreimpresiones, trucajes, pasos de manivela y transparencias, la emoción de su cine en cámara estática.

Desde Radiópolis esta noche pegamos los últimos martillazos a nuestro cohete espacial para viajar hacia la luna.

A la dirección J M Moreno, Gervi Navío, Raúl Gallego, y nuestro crítico de cine César Bardés.



domingo, 10 de abril de 2016

79 - La Huella - Mankiewicz 1972

Una cita con el afamado escritor Andrew Wyke en su fastuosa mansión inglesa puede antojarse un tanto arriesgada cuando uno es el amante de su mujer y pretende casarse con ella. Milo Tindle representa todo lo que el flemático Wyke detesta. Un peluquero advenedizo, un aspirante a gentleman con acento cockney e ínfulas de grandeza. Andrew se mueve a sus anchas entre las casillas del tablero, entre sus autómatas circenses, sus bocados de caviar, sus trofeos. Andrew manipula al ratón como le place, que se habrá creído ese payaso odioso. También se jacta de nombrar títulos de su colección de novelas de misterio que le han llevado al éxito.  Lo tiene todo menos a su mujer, maldita sea la gracia, la que le ha arrebatado el recién llegado, el italiano que también sabe clavar el dardo en el centro de la diana, que también aprecia el sabor de la ginebra cara.
Mankiewicz puso un broche de oro a su carrera con este juego teatral de réplicas y contrarréplicas entre dos actores de la talla de Michael Caine y Laurence Olivier. El director americano dejó huella con sus películas, y desde luego esta rúbrica puede considerarse una despedida a lo grande. Y es grande desde el inicio de los títulos de crédito, con actores tan engañosos como la trama del film, con sus teatrillos y figuritas de cartón, y la buena partitura de John Addison que pasa de la pantomima al suspense, de lo bufonesco a lo siniestro. La vida real es un escenario donde cada uno interpreta el papel que le ha tocado, una farsa interminable donde nada es lo que parece. Cuando se abre el telón y se encienden las luces, el tíovivo empieza a girar y nunca se sabe quien ganará la partida.
Humillarse el uno al otro, mancillar el traje del rico excéntrico, disfrutar del gimoteo de un listillo que osaba utilizar el busto de Poe como arma arrojadiza.  Quizá al final nadie gana la partida. Solo quedan el egoismo, el resentimiento, la ambición.

Raúl Gallego.

     Esta noche accedemos a  la torre de Radiópolis intentando encontrar la entrada entre los setos del laberinto,

A la dirección J M Moreno, Lázaro Díaz, Raúl Gallego, Gervi Navío,y nuestro crítico de cine César Bardés.

 Artículo sobre La Huella, por César Bardés

 Artículo sobre J L Mankiewicz, por César Bardés