La Gran Evasión

La Gran Evasión

miércoles, 29 de julio de 2015

47 - Braveheart - Mel Gibson 1995















 

 

La valentía de un hombre puede crecer con el odio y la sed de venganza, cuando ya no tiene nada que perder, puede ser más peligroso. Lo malo es que siempre hay cobardes y  traidores que se aliarán con el tirano.  Respirar el aire conocido con aroma a lluvia limpia desde las altas tierras de la amada Escocia, cabalgar por las llanuras verdes y adivinar a lo lejos las casas de madera y piedra construidas por sus antepasados, llegar a su pueblo, buscar los ojos curiosos y añorados de aquella niña que le regaló  una flor en el entierro de su padre, asesinado por el enemigo ancestral. El mito escocés William Wallace inspiró a Mel Gibson y su guionista Randall Wallace para hacer esta épìca historia sobre un niño que se hace hombre viendo a los suyos masacrados por un vecino muy superior. El rey de Inglaterra Eduardo I (Patrick McGoohan), acostumbrado a pisotear a los rudos y montaraces escoceses, no va a permitir que un tal Wallace el del corazón valiente ose realizar incursiones en territorio inglés, llegando a invadir la ciudad de York, y enviando la cabeza del infeliz gobernador del sitio en una caja a Londres. El medroso vástago y futuro Eduardo II le ha vuelto a fallar, debe encargarse él mismo de ese escocés rebelde.
Un desatado Mel Gibson recrea el siglo XIII en las Highlands escocesas entre sonido de gaitas y tambores bajo la batuta de James Horner. Una bella melodía principal otorga la ternura necesaria y realza la solemnidad según el momento. Gibson se permite ciertas licencias históricas como el inventado romance entre el protagonista y la princesa Isabel (Sophie Marceau), o llamar Braveheart a Wallace, cuando según la historia éste fue el apelativo que se puso a Robert the Bruce (un dubitativo Angus McFadyen), rey de Escocia. La infancia del héroe, la pérdida del padre, la vuelta a la tierra natal y el intenso idilio con Murron, una Catherine McCormack muy natural y auténtica en una corta aparición, darán el tono a la primera parte del film. Tras la desaparición de su amada, el joven Wallace y sus lugartenientes Hamish y Stephen, el irlandés loco, irán reclutando clanes que se van uniendo a la causa contra el opresor inglés. Las magníficas batallas de Stirling y Falkirk están rodadas con la maestría del mejor Kubrick, y Wallace nos recuerda a aquel Espartaco liberador y tenaz.  La larga tortura y ejecución dan paso al epílogo de la batalla de Bannockburn que tuvo lugar en el año del señor 1314.


Raúl Gallego.
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Al grito de libertad, nos pintamos la cara de azul y recordamos las hazañas del héroe medieval:

José Miguel Moreno a la dirección, Isabel  Moncada, Gervi Navío y Raúl Gallego.  


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miércoles, 22 de julio de 2015

46 - La Leyenda de la Ciudad sin Nombre - Joshua Logan 1969

 

El insólito western musical La Leyenda de la Ciudad sin Nombre destila vitalidad y desenfado desde su inicio. Un tipo con pelo canoso y sombrero estrafalario decide terminar su plegaria tras vislumbrar un polvo dorado entre la tierra en que el infeliz finado iba a reposar. Al lado de un río pedregoso prospera una ciudad sin nombre tras la llegada de una diligencia llena de prostitutas francesas.
En plena fiebre del oro, en las agrestes montañas del oeste de los Estados Unidos, entre carromatos de pioneros, abetos sin fin, y un río de gélidas corrientes donde fluyen los sueños de tantos seres ávidos de fortuna, un puñado de individuos errantes andan tras su estrella al albur de un viento lastimero.
Como comenta Rumson a un lugareño en una noche triste, el mundo se divide en dos clases de personas, los que se dirigen a algún lugar, y los que no van a ningún lado. Ben Rumson pertenece a los primeros, en ciertos momentos duele mucho recordar que uno tuvo un hogar un día. Un inmenso Lee Marvin da vida a este personaje bonachón, de ojos vivaces, libre, borracho, con ocasionales ataques de melancolía, y botella de whisky en el zurrón. El quijotesco nómada encontrará su contrapunto en el pacífico socio y hermano del muerto que vuela por los aires al principio. Clint Eastwood será el granjero de Michigan que acompaña a Rumson y lo recoge del barro cuando está ebrio. Hasta que una buena mañana llegue al poblado un mormón con dos esposas y Rumson decida comprar una de ellas, la rubia y hermosa Jean Seberg.
Una mujer tan bella en un lugar donde sólo hay hombres te puede volver loco de celos, y si encima ella termina prefiriendo a tu fiel socio, sólo queda coger el camino y susurrar al firmamento que uno ha nacido bajo el signo de una estrella errante.
En 1969 Joshua Logan lleva a la pantalla esta comedia basada en el musical estrenado en Broadway a principios de los 50, "Paint your Wagon", con libreto de Alan Jay Lerner, también productor de la empresa, y música de Frederick Loewe. Para dar mas realismo a la narración se acudió a Paddy Chayefsky (guionista de Marty o Network, un mundo implacable), algunas piezas del musical original fueron suprimidas, y se añadieron un par de canciones escritas por André Previn, como el marchoso "Goldfever" que entona un cantarín Eastwood en el burdel regentado por Willie "Mala Suerte". Por cierto, Willie es Harve Presnell, el único cantante de fuste en el reparto que hace una maravillosa interpretación de la pieza "They call the wind Maria". El punto más álgido es "Wandering star", entre carromatos grises de hombres taciturnos que le contestan, Marvin recita con voz aguardientosa su destino, prisionero del barro, las llanuras, y la nieve. «Soy un exciudadano de ninguna parte y a veces echo de menos mi hogar».
En esta vida todos renunciamos a algo y tenemos nuestras prioridades. Dejar atrás a la mujer querida que por un tiempo te dió felicidad infinita, renunciar a la libertad y a nuevos horizontes, renunciar a un hombre honesto al que de veras se ama.

Raúl Gallego.

Esta noche fronteriza buscamos nuestra estrella errante,

José Miguel Moreno a la dirección, Raúl Gallego, Gervi Navío y José Gallego.  


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